Súper mama

Hace ya más de un año en el monte que está enfrente de mi casa fue abandonada una gata con sus crías recién nacidas, eran momentos difíciles para mí y no podía darme el lujo de recogerles, además mi mentalidad era un poco distinta, pero eso sí, era algo sumamente doloroso para mi, según me contaron fue una señora de ese mismo sector, el caso es que la habían dejado cerca de un árbol, y al acercarse un vecino que fue el que me aviso, la mama gata alcanzo a huir del susto con una de sus dos crías, eran realmente pequeñas las criaturas, la otra quedo en la caja donde les habían abandonado, el vecino le coloco leche, tomo solo un poco si no estoy mal, andaba yo de un lado para otro, no podía estar tranquilo, una criatura tan pequeña no sobreviviría sola, la madre gata desapareció en la espesura del monte, pasaron varios minutos, cuando nos alejamos un poco, del apretado monte apareció un gata con una mirada muy sigilosa, está muy atenta de que no hubiera nadie a la vista, como si supiera que un humano le abandono, y ya no se podía confiar más en los humanos, en un descuido se acerco y tomo lo verdaderamente importante para ella, su cría, la agarro con su boca, y la pobre criatura miraba sin mayor susto a su alrededor, se la llevo y el monte desapareció sus humanidades, fue así como acabo todo, de la gata y de sus crías no se supo mas, solo me enseño aquel animal que ellos no abandonan, que aunque tenga que rebuscarse la comida para sus hijos, no los iba a dejar solos, me enseño el amor verdadero.
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