Susy, la primera

viernes, 5 de marzo de 2010 ·
Hace ya muchos años mi madre trabajaba en una empresa de transportes, ella era secretaria del fondo de accidentes, su trabajo era una rutina diaria que no involucraba a los animales, pero en cierta ocasión un señor que tenía inversiones en la empresa dejo una perrita pequeña en el área de los buses, es un terreno del tamaño de media cuadra, sin pavimentar, tiene puertas hacia dos calles distintas, portones rústicos, carcomidos por el tiempo y la falta de pintura, y en un extremo de la empresa hay un restaurante, de apariencia sucia, donde las ollas reciben mal trato, separado de rejas del área donde las personas se sientan a comer, donde los que cocinan manipulan la comida sin rodeos, y donde solo comen los mas valientes y aventureros motoristas, porque si hay alguien que tenga autoridad en el restaurante son las ratas, dueñas y señoras de todo lo que no se limpia.
susy creció en ese parqueadero de monstruos grandes, aquel hombre que la abandono, en principio, le daba de comer, pero como es lo mas común en estos casos, todo se olvida, el entusiasmo inicial se pierde, somos seres racionales, pero irracionales.
Sysu no la tuvo fácil, no siempre los motoristas se animan a compartir su comida, y con la decreciente cantidad de rutas, y menos pasajeros, tienen menos dinero para la comida. Susy como muchos perros vagaba por la calle buscando que comer, mi madre cuando podía le daba de comer y le ponía agua, mi madre trabajaba en un segundo piso, hasta hay llegaba susy moviendo su cola, y sus patas, en una ocasión mi madre se sintió muy mal porque la perra sin que ella se diera cuenta se entro, y que duro encerrada todo el fin de semana, ni siquiera hiso sus necesidades, pobre susy, pero ella es de las que no se rinde tan fácil, con el tiempo aparecieron dos perros mas, un perro que se llamaba negro, y una perra, creo que se llamaba mona, negro y mona murieron hace mucho, sus muertes fueron algo dolorosas, y solo puedo decir que ya descansan en paz.
Susy tuvo muchos hijos, esos seres pequeños nacían por la cocina, entre sucios tendidos, negros por el mugre, con olores atractivos para los perros, pero muy desagradable para los humanos, fue una madre dedicada, con algo de suerte sus crías conseguían un hogar,otras morian, asi paso el tiempo entre parto y parto, entre incidentes y accidentes, porque en una ocasión, mi madre se dio cuenta que la había atropellado un carro, le paso por todo su cuerpo, susy es una perra pequeña y frágil, el que haya sobrevivido es algo sorprendente, parece que nunca le hubiese pasado algo, aunque su caminado es como un carro desalineado, y tiene una costilla rota, pero sin complicaciones y con una vida normal.
El tiempo seguía su curso, rápido y despiadado. Ya tendría susy mas de cinco años, la empresa de transportes iba cuesta abajo, mi madre sabia que su trabajo tenia el tiempo contado, la empresa donde ella trabajaba se unió a otra empresa mas competitiva, a mi madre la trasladaron a otra sede mientras que el otro sitio donde ella trabajaba quedo cada vez mas solo, ya no había restaurante, no había sobras para reclamar y los pocos carros que habían en el lugar, usaban el terreno como parqueadero, susy me imagino yo, subsistió gracias a la ayuda de algunos vecinos del lugar que la conocían, un animal con su edad de algún u otro modo la gente le conoce. Como lo anticipaba mi madre perdió su empleo, y la empresa vendió todo lo que tenia, el lote donde estaba susy quedo semivacío, posteriormente iba a ser construida una estación de servicio.

Los días pasaron, fue entonces cuando mi madre me comento de susy, yo ya la conocía pero para mi en ese entonces los animales me eran indiferentes, eran criaturas que vagaban por las calles, o seres excesivamente cuidados por sus amos, pero no eran mas para mi, cuando mi madre dijo que la quería traer a la casa yo pegue el grito en el cielo, un animal en mi casa como se le ocurre le dije, quien va a limpiar sus desechos, además a vivido toda la vida en la calle, palabras duras pero reales, pero como me pasa a mi, con el tiempo me arrepiento, además mi madre puede hacer lo que mejor le parezca, le alistamos un tendido, fueron por ella un tío y mi madre, cuando llego a la casa quería desesperadamente salirse, andaba afligida, muy delgada, después de varias semanas de soledad, de falta de comida, verse entre cuatro paredes no era fácil, su vida nunca ha sido fácil, el primer día que llego la indiferencia era total, aunque en el fondo sentía alivio por no dejar ese animal abandonado, pero en cuestión de días todo cambio, mis hermanas era ansiosas por sacarla a dar un paseo, susy asimilo muy bien el rol de ser una perrita de casa, ahora para susy su hogar es nuestra casa, y aunque hemos pasado por muchas experiencias, unas buenas, otras no tanto, desde aquel día susy se convirtió en nuestra primer perra, y desde aquel entonces la visión que uno tiene de los animales cambia por completo, para mi madre fue mucho antes que yo, pero el resultado es el mismo, susy aun vive, ya mas viejita pero feliz.
Resalto lo que mi madre hizo, sin ser acostumbrada a los animales actuó como una defensora de ellos, lo que ella hizo fue mucho mas de lo que aquí mencione.

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